A lo largo de nuestra experiencia como abogados negligencias médicas en Barcelona, hemos sido testigos de casos en los que la atención sanitaria no ha cumplido con los estándares que se esperan de una emergencia como la rapidez y la precisión. El ictus o accidente cerebrovascular es una de ellas y si los profesionales no aplican el código ictus con rigor, el tiempo perdido podría traer serias consecuencias para el paciente.
La correcta implementación del protocolo o código ictus puede marcar la diferencia entre una recuperación completa y una discapacidad. En este artículo, exploraremos en profundidad en qué consiste, cuáles son los posibles errores médicos que pueden surgir durante su aplicación, y qué pasos tomar si se sospecha de una negligencia médica.
¿Qué es el código ictus y por qué es tan importante?
El código ictus es un protocolo de emergencia diseñado para la identificación y el tratamiento rápido de pacientes que muestran síntomas de esta dolencia. También conocido como accidente cerebrovascular, este problema de salud ocurre cuando el flujo sanguíneo se interrumpe de repente y una parte del cerebro se ve privada de oxígeno y nutrientes esenciales. Este bloqueo puede deberse a un coágulo de sangre, lo que se conoce como ictus isquémico, o a la ruptura de un vaso sanguíneo, denominado ictus hemorrágico. Los síntomas habituales incluyen debilidad súbita en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender el habla, confusión, problemas de visión y pérdida de coordinación.
¿Qué quiere decir “el tiempo es cerebro”?
El código ictus ha demostrado eficacia en la reducción del tiempo entre la aparición de los síntomas y el inicio del tratamiento adecuado, un tiempo fundamental, ya que cada minuto sin la debida atención puede incrementar el daño cerebral y disminuir las probabilidades de una recuperación completa. Por eso, en el argot médico relacionado con esta enfermedad se suele decir que “el tiempo es cerebro”.
¿Cómo opera el código ictus?
El proceso del código ictus comienza con la identificación rápida de los síntomas por parte de los profesionales de la salud. Se utilizan herramientas de evaluación, como la escala FAST (Face, Arm, Speech, Time), para detectar signos de un accidente cardiovascular. Si se identifica un posible ictus, se activa inmediatamente el código, lo que incluye la coordinación con servicios de emergencia y hospitales especializados.
El siguiente paso es el traslado urgente del paciente a un centro especializado en ictus, conocido como Centro de Referencia de Ictus (CRI), donde un equipo capacitado está preparado para su manejo. En el hospital se realiza una evaluación detallada que puede incluir pruebas de imagen como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM), y según el tipo de ictus, se administra el tratamiento adecuado, como trombolíticos para disolver coágulos o intervenciones quirúrgicas en caso de ictus hemorrágico.
Finalmente, el paciente entra en una fase de seguimiento y rehabilitación, esencial para recuperar funciones y prevenir futuros episodios.
¿Cuándo puede haber negligencia médica en casos de
ictus?
El código ictus no siempre se aplica de manera correcta y en estos casos, la negligencia médica puede repercutir en un daño considerable para el paciente.
- Retraso en el diagnóstico: uno de los errores más graves es la demora en la identificación de los síntomas de un ictus. Un diagnóstico tardío puede ser resultado de una falta de reconocimiento por parte del personal médico o de demoras en la realización de pruebas diagnósticas, lo que puede agravar el daño cerebral y empeorar el pronóstico del paciente.
- Retrasos en el transporte: el traslado rápido del paciente a un centro especializado es vital. Fallos en la coordinación de este traslado pueden ser fatales, ya que cada minuto cuenta en el tratamiento del ictus.
- Fallo en la administración del tratamiento adecuado: una vez diagnosticado el ictus, el tratamiento debe administrarse de manera oportuna. Esto incluye trombolíticos en el caso de ictus isquémicos o intervenciones quirúrgicas para ictus hemorrágicos. La inacción o demora en este punto puede constituir una negligencia médica.
- Fallos en la coordinación y comunicación: la atención a un paciente con ictus involucra múltiples niveles de cuidado, desde el transporte hasta la hospitalización. Cualquier fallo en esta cadena, como problemas en la comunicación entre el equipo prehospitalario y el hospital, puede comprometer gravemente la recuperación del paciente.
Las consecuencias de la negligencia médica en la aplicación del código ictus pueden ser extremadamente graves, provocando en los pacientes discapacidades severas, como la pérdida de habilidades motoras o cognitivas, e incluso la muerte en los casos más extremos. Estas secuelas afectan no solo al paciente, sino también a sus familias ante el desafío de adaptarse a cambios significativos en su calidad de vida y a la necesidad de proporcionar cuidados continuos.
Ante la sospecha de una mala praxis en el manejo del código ictus, es importante contar con un bufete especializado en la materia. Si buscas “abogados negligencias médicas en Barcelona” asegúrate de que cuenten con experiencia en casos similares y que puedan atenderte de manera personalizada. En un proceso legal extenso, complejo y agotador, expertos como los que proporciona Aitana Sánchez Abogados pueden ser cruciales para proteger los derechos del paciente y de sus familias.